Todo las cosas del Universo tienen un origen, un lugar donde
se crearon, un lugar donde fueron concebidas antes que tomaran forma material y
se pudieran ver y tocar. Algunas, dicen, fue la casualidad la que intervino en
su creación, otras, aseguran, fueron concebidas por las manos y deseos de los
dioses que, según la cultura popular, en sus refugios celestiales les dio por
crear criaturas y formas de una y mil caracteres con sus particulares
personalidades. Bakoa Blues se puede decir que nació de la mano de la
casualidad y la guía de los dioses, que todo lo tienen preparado y nada guardan
al azar.
Era una mañana de verano, como otra cualquiera y en
cualquier lugar de las calles de cualquier ciudad. Como siempre, la criatura se
desperezaba para transmitir sus melodías entre sonidos de cuerdas metálicas y
de nervios que transmitían sus sentimientos a través de madera y electricidad,
para llegar a las moraras ocultas que poseen las criaturas en los rincones
ocultos de sus sentimientos. Como de costumbre, entre los crecientes rayos de
sol calientes y turbadores, desplegaba su magia dejando que esta fuera
invadiendo las inquietudes de aquellos que se dejaban llevar por los caminos
que los sonidos iban abriendo. Pero aquella mañana decidió que ya era hora de
salir del refugio materno en el cual se había criado, y con el permiso de los
dioses decidió inscribir su nombre en la existencia de las criaturas mortales.
Lo primero que pensó fue ponerse un nombre, un nombre que fuera acorde con su carácter
y aquellos que adoptaran su nombre y lo curtieran con el paso del tiempo y de
la experiencia fueran capaces de llevarlo lo más lejos posible, siempre dentro
de los caminos y sendas del Amor, Sabiduría y la Humildad. Sin mas, allí
estaba, en una oficina del ayuntamiento del pueblo donde decidió nacer, uno de
los creadores, rellenando una solicitud de permiso para tocar en la calle, con
cara de bobo y la mente en blanco, pensando que poner en la casilla
correspondiente al nombre del grupo o artista que pedía el permiso.
- ¿Y que nombre pongo?, ¿el mío?, ¡no!. Los dos juntos queda
demasiado hortera.
Pronto una palabra comenzó a susurrar en los oídos, más que
en los oídos, en el interior del ser, del ser que empezaba a hablar.
- Ya se, como estamos en estas tierras pondré una palabra de
su lenguaje, por ejemplo... Bazo-ka, Buzara... ¡ya esta!, ¡Bakoa! Ahora la
acompañaremos con algo original que no se muy largo ni muy vulgar, si Bakoa
Blues. ¿Por qué no?
La mano que mece la cuna es la mano que domina el mundo y
fue la mano del ser que quería nacer la que escribió aquel nombre. Su
significado: Música de la casa, música del hogar.
Saludos
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